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Buenas noches y muchas gracias por venir. El primero que voy a leer trata de un reciente hijo adoptivo de Madrid y que ha renunciado a un doctorado honoris causa por no considerarse con suficiente formación académica. Se lo dedico a Yago Lamela.

        COLEGA

Rafa Nadal de Mallorca,
poeta de la raqueta,
no tal grande como Lorca,
mas de singular destreza.

Un verso con cada golpe.
Metáforas en su juego.
Bolas marcadas a fuego
por su retorcido toque

Tierra de sudor regada,
piernas de arcilla cubiertas,
estatua de barro armada
de celeridad aviesa.

Escribe con su instrumento
páginas épicas únicas
contra el agua, contra el viento,
contra su cuerpo que lucha
por no verse destruido
ante exigencias heroicas,
que de dolor anda herido
por las pistas de la gloria.

Que la fuerza lo acompañe.
Que la victoria lo guíe.
Que cuando jugar lo dañe
más de lo que es indecible,
sepa a tiempo retirarse,
a otros abrirles camino,
en la vida manejarse
y conservar su prestigio.

     20 de abril de 2014

El segundo se titula...

INDICACIONES

No busques la poesía;

deja que ella te encuentre

abierto el corazón

y alma esparcida al cielo.

Recíbela gozoso,

como a una vieja amiga,

portadora de buenas

nuevas, de despertares.

Conversa con el verso,

permite que en ti fluya,

que pesares arrastre,

que maravillas forme.

Y cuando emprenda vuelo,

que sus alas la lleven

rauda lejos, tan lejos

que esté siempre contigo.

   20 de mayo de 2014

        CONOCIMIENTO

Todo se sabe.
Todo lo que contiene este poema
ya ha sido dicho en otros poemas,
en muchos libros
y en numerosas páginas de la red.
Aun así, el que yo lo recite esta noche
puede valer a alguien para algo.
Porque en nuestras cabezas
no están todos esos libros
ni todas esas páginas.
Ni siquiera están todos los libros
y todas las páginas
que efectivamente hemos leído.
Nuestra capacidad es dolorosamente limitada.
Desde la más antigua de las épocas
el hombre buscó la sabiduría.
Ahora, con toda la sabiduría de todas las épocas
al alcance de sus dedos,
comprende que es un microscópico dedal
en un océano de información
cada instante más inconmensurable.
Ni siquiera es capaz de retener
las pocas gotas que consigue arrancarle:
pronto las desplazan otras nuevas
o se las roba el olvido.

Os asperjo con esto,
sabiendo muy bien que se evaporará de vuestras mentes
con los primeros rayos de la próxima aurora.

  23 de mayo de 2014

El poema que más me gustó de esta sesión fue el del castillo, de María Helena.