- Muchas gracias, Celia. Espero conseguirlo. ¿Habéis tenido ocasión de estrenar los nuevos parquímetros? Con ellos, obtener el tique de estacionamiento es un poema. Por eso estoy colaborando con el Ayuntamiento en una nueva generación. Funcionarán siguiendo los mismos pasos, pero en vez de pantallas, hablarán al usuario.
Me habría traído uno, pero con esta luz no funcionan. Ya sabéis que son solares. Por eso, para las partes del parquímetro pondré una voz cibernética. ¿Se distingue bien?
[el público asiente, regocijado]
MÁQUINAS
- Quisiera aparcar mi coche.
- ¡Pero si es casi de noche!
- Ya lo sé. ¿Me saca un tique?
- Permita que antes le explique:
¿en qué zona ha estacionado?
¿Zona azul o zona verde?
- Esa pregunta me pierde.
- Vaya entonces a mirarlo.
---
- Debe meter su matrícula.
- ¡No me la sé de memoria!
- Eso va a alargar la historia:
anote en está retícula.
---
- Ya la he metido. ¿Y ahora?
- Paciencia benefactora:
con la base conectando,
matrícula comprobando...
La conexión ha fallado.
Lo siento por mi teclado.
Reinicie la operación.
---
- ¡Se ha logrado conexión!
- ¡Fantástico! ¿Ahora qué hago?
- Elija forma de pago:
¿con tarjeta o en monedas?
- Si echo de más ¿te las quedas?
- Sí, para la vez siguiente.
- ¡Qué listo! ¡Qué inteligente!
¡Con tarjeta, sin dudarlo!
- Muy valiente al afirmarlo.
No me puedo conectar.
Tendría usted que empezar
de nuevo todo el proceso,
pero no le diré eso,
pues acaba de sonar
justo la hora en que libre
por fin se puede aparcar.
Ya se lo advertí al principio.
Vaya a su coche y vigile
que no se lo hayan multado.
- ¡Parquímetro desgraciado!
¡Malditos sean tus ripios!
6 de julio de 2014
Una cita de El Rincón de las Letras: "Hacer reír es una bella forma de hacer el bien".
Otra cita, esta del destinatario aparente del siguiente poema: "Puede que no seamos parientes, ni siquiera lejanos, pero si nos conmueven las injusticias del mundo, somos compañeros, que es más importante".
CONTRICIÓN
Comandante, he traicionado a la verdad.
He seguido a cretinos sabiendo que lo eran.
Me he desgañitado gritando consignas
en las que no creía.
He llamado vendido al razonable,
al que proponía aceptar lo posible
en vez de seguir pidiendo lo imposible.
He apartado al que traía ideas nuevas
por miedo a cambiar las mías,
porque no quería aceptar que las mías,
surgidas hace decenas de años,
en una situación totalmente diferente,
no sirvieran para la actual.
Perdóname, Ernesto.
1 de julio de 2014
Y por último, uno de terror.
CUALQUIERA
Cualquier día el cielo se nubla de repente
y descarga granizo a toneladas.
Cualquier día se parte la rama de un árbol
y aplasta a un paseante.
Cualquier Navidad el número que siempre compras
resulta premiado.
Cualquier día un avión de pasajeros
se desvanece sin dejar rastro.
Cualquier día la isla más idílica
se convierte en volcánica.
Cualquier día ella dice que se acabó
y nada le hace cambiar de opinión.
¡Estáis avisados!
¡Estad preparados!
2 de julio de 2014
- Muchas gracias, Daniel - dice Celia al volver al estrado - y especialmente por el del parquímetro. Si hablaran, seguro que lo harían así.
De esta sesión me gustó el lamento de Jorge Gomis por la infancia perdida.
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