Juego / Almacenaje II / Receta

— Al igual que una amplia serie de raperos patrios —contextualiza Pepe Ramos— nuestro próximo poeta se ha visto esposado delante del juez. Su defensa numantina de los derechos individuales llegó a su culmen en el disco "El peta se rula, no se pide" que alcanzó el nº 1 en las listas de Radio María. Con todos vosotros, fray Daniel Romero, el rapero rociero.
— Buenas noches y muchas gracias por venir. El primero, de 2014, un relato de hechos reales, aúna dos noticias recientes: por un lado, han descubierto la zona del cerebro donde surgen los sueños (encima de la nuca), y por otro, han reconocido como enfermedad la adicción a los videojuegos. Como siempre que hablo de algo, en mi blog tenéis los enlaces.

           JUEGO

Soñé que manejaba un videojuego
de formación de sistemas solares.
Se trataba de agarrar
nubes de gas rojizo
comprimirlas en volutas elipsoidales,
y, solamente con las manos,
pero unas manos del tamaño de una estrella,
ir dándoles forma de planeta,
evitando que la fuerza centrífuga
y la gravedad
las desperdigaran.

Me desperté antes de ganar o perder,
pero pocas veces
me he sentido tan dios.

     30 de abril de 2014

Antes del segundo, una cita de la recientemente fallecida Claribel Alegría:
«Porque aprendí a quererme
ahora puedo sangrar con tus heridas»

Aclaro, y ojalá fuera innecesario, que todo lo que relata el siguiente poema es FALSO. Sin embargo, a las personas que se sientan identificadas con los primeros versos, los siguientes pueden ayudarlas bastante.   

ALMACENAJE II

He sufrido muchísimo,
durante tantos años
que he perdido la cuenta.

No solo desde que me levantaba
hasta que me acostaba,
sino también durante el sueño,
acosado cada minuto
por pesadillas angustiosas.

Cada día, cuando no podía más,
cuando el dolor me desbordaba el pecho,
tomaba todo lo que me cupiera en las manos
y lo echaba a un cubo rojo.

Al final de la jornada
me iba con el cubo al granero,
subía una escalera
y lo vaciaba dentro,
por una trampilla del tejado.

Y así siempre, infinitas veces.
Últimamente estaba sufriendo
intensamente
por el peligro que supondría
aquella inmensa masa acumulada,
lacerante,
corrosiva,
venenosa,
radiactiva.

No me atrevía a abrir el portón.

Pero ayer, una persona amiga,
mientras le enseñaba el jardín,
se alejó un momento,
y la vi, a distancia, curiosa,
poner su mano en el pomo.

Corrí hacia ella desesperadamente,
pensando que la iba a sepultar
una incontrolable ola de desgarro.

Como a cámara lenta,
a cada zancada que yo daba,
el pomo giraba un grado.

Creí que llegaba a detenerlo,
pero no:
el batiente se abrió
con un débil chirrido.

Dentro solo había vacío.

  27 de enero de 2018

Y por último, una frase de Pepe Ramos en la presentación de Eduardo Bravo en la sesión cuyo hilo conductor fue la ñoñería «viene a recitarnos versos que riman consigo mismos» me recordó una de mis especialidades, la rima intraverso, cuyo máximo exponente es:

    RECETA

Zumo de humo,
besos de queso,
soles de coles
y caracoles.

Trozos de corzo,
rollos de pollo,
de luna espuma
con aceitunas.

Mesas de fresa,
patas de nata,
pimienta lenta,
que muy bien sienta.

Pera en esferas,
manzana enana,
gallo sin fallos,
y de ajo tallos

Miel de laurel,
diez huevos nuevos,
de clavo eslavo
catorce ochavos.

Fino tocino,
yogur ligur,
rosas sabrosas
y apetitosas.

Pelo de cielo,
limón chillón,
un buen pomelo y
melocotón.

Hiérvase todo.
Deje enfriarse.
¡Para chuparse
hasta los codos!

   12 de julio de 2014

De esta sesión me gustaron especialmente:

• el verso del poeta invitado, Jorge García Torrego «sol pellizcado por árboles»; y
• Sentencia de tu ombligo y Espirales de Ana Box.