ELEMENTOS
¿Eres más fuerte que el viento?
¿Elevas a más altura
lo que hinchas de locura
al oír solo tu acento?
¿Eres más honda que el mar?
¿Secretos más insondables,
peligrosos y adorables
contienes para admirar?
¿Y más caliente que el fuego?
¿Fundes, cual hercúleo herrero,
resoluciones de acero
derritiéndoles el ego?
Todas esas cosas eres
y estoy muy agradecido
por haberte conocido,
maravilla entre los seres.
7 de diciembre de 2013
Voy a seguir con un poema de desamor, para que nadie pueda decir que me he ablandado.
POSIBILIDADES
Sí, puedo arrodillarme y lamentarme
porque no me das tu amor.
Puedo mesarme los cabellos,
arañarme la piel,
hundirme el pecho a golpes,
tratar de conmover a las montañas
con mis suplicas
(será más fácil que conmoverte a ti),
hacer florecer el desierto
con mis lágrimas
o escribir poemas desgarradores.
También puedo pensar que,
si crees que no merezco tu amor,
tal vez tú tampoco merezcas el mío,
y buscar a otra persona.
No sé, estoy dudando.
¿Qué posibilidad será más productiva?
7 de diciembre de 2013
Y voy a terminar con una elegía a Nelson Mandela.
ÁRBOL
Cuando un árbol cae en el bosque y nadie lo oye
¿hace ruido?
Cuando cae el árbol más viejo del bosque,
el más sabio,
el más magnánimo,
aquel bajo cuyas ramas
se han cobijado
generaciones de ardillas,
aquel que ha dado sombra y paz
a todos los animales de la floresta,
incluso a los más animales,
no hace ruido.
Todo lo contrario.
Se convierte en un pozo de silencio
que va absorbiendo todos los sonidos.
Cesa la música,
se apaga el jolgorio,
callan las conversaciones
y todas las miradas se vuelven hacia él.
Solo el eco de la congoja
resuena en unos corazones
súbitamente vaciados.
6 de diciembre de 2013
El poema que más me gustó de esta sesión fue Victoria, de Diego Mataluco
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