Al escuchar el título del primero os preguntaréis a santo de qué viene. La respuesta está en el primer verso.
OPTIMISMO
No hacen falta razones;
tan solo corazón:
deseo de latir más fuerte,
de ir más allá,
de encarar las dificultades
y salir victorioso.
Luego el resultado de la lucha
será el que sea,
pero al menos se ha ido a la batalla
con el ánimo ligero,
dejando que lo impulsen los vientos,
que lo irradie la luz del sol,
que se evaporen las aguas estancadas
de la pesadumbre.
¡Dejemos el pesimismo para tiempos mejores!
12 de enero de 2013
El segundo poema también va de perfumes, como el que acaba de leer el compañero Pinilla:
MILAGRO
Era tan bella y graciosa...
He pasado por detrás de ella
para envolverme en su perfume,
pero allí no había nada.
Sin embargo, unos metros más adelante,
en un punto por el que ella
no había pasado,
lo he sentido, denso, en torno a mí.
Un escaso segundo.
Una esfera mágica.
¿Cómo se ha formado?
4 de julio de 2003
Y el tercero es un poema duro (aunque no tanto como su objeto), por lo que recomiendo a las personas sensibles que salgan unos minutos.
[no sale nadie]
¡Muy bien, pandilla de insensibles! ¡Vosotros lo habéis querido! Va dedicado a Juan José Güemes, que cuando era Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, entre 2008 y 2010, externalizó los análisis clínicos, y en junio de 2012 se hizo consejero en la empresa Unilabs, que obtuvo la contrata de los análisis por 125 millones de euros.
ROSTRO
¡Manos arriba!
¡Esto es una externalización!
Voy a mejorar la gestión del dinero público
(mejorar para mí, se entiende).
Ahora mismo no puedo llevarme nada,
ni mis amigos tampoco.
El dinero de los impuestos de los ciudadanos
va directo a pagar a los médicos,
los enfermeros, las medicinas,
el mantenimiento de los hospitales
y los administrativos de todo lo anterior.
No hay ningún taimado divertículo
donde podamos entrar a saco.
¡Cambiaré esto!
En nombre de la sagrada eficiencia
y el inobjetable ahorro de costes,
convocaré concursos de gestión,
que amañaré convenientemente
para que los ganen los de mi cuerda.
Los adjudicaré por relativamente poco dinero...
...el primer año.
Después, cuando ya os hayáis tragado el anzuelo,
será el momento de hacer negocio.
Nadie se dará cuenta de nada
porque a nadie daré las cuentas.
Yo soy el dueño de los números
y los muestro a quien quiero
(o sea, a nadie, por si acaso).
Luego, cuando ya esté a plena marcha
la operación transvase
de fondos públicos a bolsillos privados,
dejaré esta incómoda política,
donde tanto te critican y te hacen preguntas tan molestas,
que fastidian aunque no las tengas que contestar,
para irme a hozar en el bolsillo más profundo.
Pero tranquilos,
ya me sustituirá otro joven compañero de partido,
con el riñón todavía sin forrar.
¡No olvidéis votarle!
13 de enero de 2013
Una buena noticia: este poema lo escribí anteayer. Hoy lo leo y el susodicho dimite. ¡Para que luego se dude de la fuerza de la poesía!
Sobre este asunto recomiendo Basurización de David Trueba.
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