Sobre mi tema favorito, que ahora está, literalmente, candente.
OBCECACIÓN
El separatismo
se asoma al abismo.
Tiembla el enemigo.
Asombrado sigo
cómo los encierran,
cómo se destierran,
cómo los embargan,
las trolas que largan
Ninguno que admita
lo que necesita:
que el enfrentamiento
no es un buen invento
si siempre los malos
te muelen a palos.
Todo su programa:
joder la marrana,
causar averías,
colapsar las vías,
cortar carreteras,
soltar a las fieras
y que los devoren
echándoles flores.
Porque el “pensamiento”
de este movimiento
se demuestra errando.
¡Sigamos temblando!
2 de octubre de 2019
Uno medioambiental.
ACTIVISTA
Personas como Greta
salvarán el planeta
de la inmunda codicia
que todo lo desquicia,
de la estúpida idea
que no te vas ahogar
si no puedes flotar
y sube la marea.
De los mares de plástico.
Del consumismo orgiástico.
De la extinción masiva,
de la loca deriva
hacia ninguna parte
distinta de estrellarte.
Mi alegato termino
con un ahogado trino
presa de las euforias:
¡Larga vida y victorias!
1 de octubre de 2019
Y uno cinematográfico.
ROAD MOVIE
Un bar de carretera.
Café de cafetera.
Whisky de garrafón.
Motores de camión.
Neumáticos en pilas.
Coches viejos en filas.
Polvo espesando un viento
terriblemente lento.
Sol que aplasta tejados
ya muy recalentados.
Besos secos que suenan.
Autobuses que frenan.
Pareja desdichada
buscando su escapada.
Collares de abalorios.
Gritos inculpatorios.
Un tiro a mediodía.
El fin de la poesía.
16 de septiembre de 2019
De este micro abierto me gustó especialmente Respirando canciones, de Oswaldo Lindner.
Todo el mundo habla de Greta Thunberg, de su aspecto, de su estatura, de su síndrome de Asperger, o de su antipatía, pero nadie habla de Jair Bolsonaro, el pirómano de la selva amazónica; ni de Donald Trump, que sigue haciendo chistes sobre el frío que hace en pleno calentamiento mundial; ni de Xi Jinping, el presidente chino que aspira a seguir contaminando por el procedimiento de comprar cuotas de emisión de gases a países tan pobres que ni siquiera se pueden permitir el lujo de poseer industrias.
ResponderEliminarHay un claro y único culpable: la codicia humana, la economía, el capitalismo salvaje; en una palabra: el dinero.
ResponderEliminarLos separatismos se basan en el egoísmo económico, el supremacismo cultural, el complejo de superioridad y la voluntad de levantar fronteras. No hay nada más contrario a los valores tradicionales de la izquierda: el internacionalismo, la unidad, la igualdad y la solidaridad. España es el único país donde partidos que se llaman de izquierdas apoyan a los separatistas.
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