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lunes, 17 de diciembre de 2018

Incontrolados / Fallo / Villancico

Buenas tardes y muchas gracias por venir.  Sobre unos encantadores grupos que piensan montar el pollo padre este viernes 21 en Barcelona.

INCONTROLADOS

Esos comités de ofensa
al sentido más común
mueven pezuñas según
un cerebro que no piensa.

La república que dicen
con ahínco defender
no existe aunque mediaticen
todas las formas de ver.

Levantando las barreras
de peaje en las autopistas,
desafiando a carreras
a los mossos, los golpistas
no lograrán acercarse
ni una mísera pulgada
al gigantesco engañarse
de independencia soñada.

Más valdría a estos sectarios,
marionetas de corruptos,
estudiar hechos palmarios
y no libros de exabruptos.

  11 de diciembre de 2018


Uno relacionado.

        FALLO

¿Sedición o rebelión?
La sublime decisión
corresponde al Tribunal
Supremo de la nación.
Es una senda infernal
que deben recorrer solos
sus ilustres magistrados,
sufriendo por ambos lados,
como un conjunto de bolos,
toda clase de presiones,
dictámenes y opiniones
para inclinar la balanza
al calor de su esperanza.

Solo pido, por favor,
que la sentencia que salga
más para presumir valga
que el hipotecario horror.

  8 de noviembre de 2018



Y por último, en muchas de las próximas macrofiestas se interpretará este..

VILLANCICO

Noche de jazz,
noche de rock.
Nadie duerme ¡por favor!
Todos bailan al son infernal
de una banda que toca fatal.
¡Va el cerebro a estallar!
Va el cerebro a estallar.

[cantado con la música de "Noche de paz"]

  29 de septiembre de 2018

De este micro abierto en Libertad, 8, me gustaron especialmente:

1 comentario:

  1. Que unos sujetos tomen las calles con pasamontañas, amedrentando a todo el mundo e imponiendo su dominio sobre el espacio público cuando les parece oportuno y conveniente, y que no se sepa cómo evitarlo, nos pone a todos en situación de extraordinaria vulnerabilidad. Es como si nuestros hijos, en el recreo del colegio, tuvieran que sentarse en un rincón porque unos cuantos matones impiden jugar a todos los demás y ni los profesores, ni la dirección del colegio, ni la policía de barrio supieran cómo evitarlo.

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