— Buenas noches y muchas gracias por venir. ¿Sabéis lo que es un gecko?
— ¿El animal? —pregunta Alberto Rivas.
— Eso es: un reptil que algunas personas tienen como mascota. Mi primer poema trata de uno que se escapó. Podéis ver la foto en mi blog.
BICHO
En mi portal vive un lagarto
y los vecinos están hartos
de verlo andar por las paredes
sin escaleras y sin redes.
Tiene ventosas en sus dedos
y no sabe lo que es el miedo.
Para él el granito pulido
es territorio agradecido.
Si con el frío se entumece,
y casi exánime parece,
tanto que hasta puedes tocarlo
sin que aparente molestarlo,
con el calor se vuelve activo,
escurridizo y muy esquivo.
Esfúmase mágicamente
aunque se observe atentamente,
de la luz a la sombra oscura
pasando con asaz premura.
Limpia de insectos su guarida,
zona de paso compartida
con dos docenas de personas
poco propensas a encerronas.
Aunque se pase de la raya
dándonos varios sustos buenos,
el día que se muera o vaya
lo echaremos mucho de menos.
12 de marzo de 2018
El segundo creo que se entiende.
CALUMNIA
Me acusaron falsamente
de la absoluta verdad
proclamar sin humildad
y muy estentóreamente.
Niego las acusaciones
de esos taimados sayones:
ni es cierto en su integridad
lo que sin gritar propalo
ni lo hago con vanidad,
ni al servicio de lo malo.
A la realidad dar vuelta
busco, porque así tratada
la risa más sofocada
se libera y queda suelta.
Si tengo que retorcerla,
lo hago sin mayor rebozo,
antes bien, con alborozo
de a mi ingenio someterla.
Por tanto, no pretendáis
de mis versos las certezas
extraer, ni las cabezas
en el empeño os rompáis.
Disfrutadlos simplemente.
Es su sola pretensión,
su despojada intención,
que se divierta la gente.
29 de marzo de 2018
Y cualquier persona que me conozca un poco estaría esperando el tercero. Miguel Martínez ya me lo pidió la semana pasada.
VÍCTIMA
Prófugo de la justicia,
víctima de su impericia:
en vez de estar en su iglú
tranquilo de Waterloo,
le dio por las excursiones
a muy diversas naciones
sin comprobar previamente,
como sería prudente,
que en su código penal
no había delito igual
al que estaba aquí acusado,
precaución elemental
que tomara el más tarado,
pero nuestro mandatario
siempre ha sido temerario.
¡Vente de Alemania, Carles!
¡Tus tretas hay que juzgarlas!
25 de marzo de 2018
De esta sesión me gustaron:
- Dos versos de Javier Gomis: Un pájaro se estrella contra el cristal/ a la velocidad de la belleza.
- El primer poema de Ignacio Vanini.
- Plegaria para una pija, de Pepe Ramos, que leyó Alberto Rivas.
- El de amor de Manuela.
- El del basurero de Pablo a secas.
Carles Puigdemont, en Waterloo, atesoraba los mecanismos políticos y sentimentales necesarios para subyugar a su tropa y obligarla a roturar su surco, so pena de acusación de deslealtad o traición. Su repentina caída —de una cotidianeidad abrumadora ¡en una gasolinera!— resulta políticamente estrepitosa.
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