— Siguiendo el hilo conductor —explica Manu— de las vidas anteriores de nuestros intervinientes, Oremor Leinad, filósofo de Chiquitistán, inventor de la palabra "fistro" y del "No puedo, no puedo". Murió en extrañas circunstancias cuando se cruzó con un tipo al que los andaluces no le parecían graciosos.
— Buenas noches y muchas gracias por venir. Empiezo con uno, terminado el pasado 2 de marzo, sobre el paso atrás de Puigdemont.
TÉRMINO II
Por fin se anuncia
esa renuncia
tan esperada,
tan avanzada:
el delirante
tiempo ha fugado
juega su baza,
cede su plaza
a otro liante
que está encerrado
por rebelarse,
por sublevarse,
contra el Estado.
¿Dará licencia
el juez Llarena
—santa paciencia—
para que el preso,
terco confeso,
deje la trena?
Mucho lo dudo:
a precedentes
equivalentes
tranquilo acudo.
2 de marzo de 2018
Como sabéis, una semana después de escribir este poema, se cumplió su predicción. Otra más. Y ya van unas cuantas.
Este otro lo escribí el 7 de marzo.
PARO
De la huelga feminista,
para mañana prevista,
hablan voces contrapuestas.
¿Es la óptima respuesta
a la actual situación
de tal discriminación
que cobran treinta por ciento
menos que sus compañeros?
No solo por los dineros
sopla de revuelta el viento:
también están las ingratas
intendencias del hogar,
que al varón salen baratas
a costa de descargar
en delicadas espaldas,
rodeadas por las faldas,
casi todas las tareas,
incluidas las más feas.
Ignoro si esta protesta,
para algunas una fiesta,
logrará sus objetivos.
Por medios legislativos
tal vez se alcanzara más,
pero de cualquier manera
¡mucha suerte en la carrera
para no quedarse atrás!
7 de marzo de 2018
Y este lo terminé antes de las elecciones italianas, pero les va como anillo al dedo. Una rareza: normalmente mis poemas con métrica y rima tienen el mismo número de sílabas en cada verso. Por ejemplo, el primero de hoy era todo de pentasílabos, y el segundo, de octosílabos. Este alterna heptasílabos y pentasílabos, lo que le confiere una extraña sonoridad, muy acorde con su tono.
TARRO
Las sagradas esencias
de la nación
exhalan pestilencias
de vomitón:
a calcetín sudado,
cráneo rapado,
estafa consentida,
rabia fingida,
racismo disfrazado,
fraude ocultado,
robo al público erario
grave y palmario,
engaño de la gente
inconsecuente,
violencia detestable,
cruel e imparable,
loco afán de dominio
y de exterminio
del pobre discrepante o
del emigrante.
Que nada de eso escape,
no lo destapes.
Cava un hoyo bien hondo y
tíralo al fondo.
3 de marzo de 2018
De esta sesión me gustó el poema de Víctor Moratalla dedicado a Pab.
Este blog recoge los poemas leídos por el poeta Daniel Romero en las sesiones poéticas a las que asiste. Inicialmente frecuentaba las de los martes en el bar "Los diablos azules". Tras su cierre el 28 de febrero de 2016 anidó en las de los jueves de Vergüenza Ajena hasta que se puso fin a la sesión el 19 de octubre de 2018. Ahora ha recalado en Libertad, 8, los lunes. El blog también recoge entregas de premios, entrevistas, etc.
CONSEJO:
Si por tu configuración de pantalla la letra te resulta pequeña, recuerda que puedes aumentarla fácilmente manteniendo pulsada la tecla Control y moviendo hacia delante la rueda del ratón.
Es necesario cambiar la cultura para que lo que es legal sea también consuetudinario, de tal forma que cuando un hombre pida el permiso de paternidad no sea visto como rara avis o, lo contrario, que cuando una mujer acorta el de maternidad no sea considerada como una obsesa del trabajo. Más allá de la existencia de un marco legal que facilite la conciliación entre las vidas profesional y familiar, se trata de una decisión personal. Ya seas hombre o mujer, si quieres escalar posiciones en una organización no queda más remedio que esforzarse mucho, con el consiguiente impacto sobre el reparto del tiempo. La legislación laboral y la cultura deben crear el entorno normativo y el clima social adecuados para que cada mujer pueda tomar la decisión que considere más oportuna en cada momento, sin que ello implique una penalización o peaje en su carrera profesional.
ResponderEliminarEn primer lugar, la natalidad no puede resultar un freno en la carrera profesional de las madres. De hecho, los países desarrollados con mayor tasa de fecundidad son aquellos donde las mujeres trabajan más. Hay que introducir políticas destinadas a mejorar la conciliación entre vida familiar y vida laboral, como racionalizar y flexibilizar las jornadas laborales o la introducción de educación de 0 a 3 años, que además es clave en el desarrollo de las habilidades futuras de los niños. O políticas destinadas a fomentar la corresponsabilidad entre los miembros de la pareja, como permisos de paternidad no transferibles y con una parte obligatoria.
ResponderEliminarEn segundo lugar, debemos introducir políticas que eviten comportamientos discriminatorios, tanto en la fijación de los salarios como en los procesos de promoción, que sabemos no son neutrales al género. En este apartado es clave la introducción de los currículos ciegos, así como reforzar las leyes de igualdad salarial y aumentar la transparencia salarial.
En tercer lugar, es fundamental romper los techos de cristal. Solo cuando las mujeres accedan a los puestos de decisión se conseguirán cambiar las normas para garantizar la igualdad de oportunidades entre géneros.
Es muy sencillo. Las asociaciones que integran el movimiento feminista, que ha sido capaz de convocar y gestionar una movilización tan exitosa como la del pasado 8 de marzo, formarían una comisión de mujeres prestigiosas, independientes y con capacidad de liderazgo que se reunirían con todos los partidos para negociar un programa de mínimos. Por ejemplo, un permiso de paternidad obligatorio en las mismas condiciones que el permiso de maternidad, una serie de medidas legislativas y sancionadoras para acabar efectivamente con la brecha salarial, la consideración de la violencia machista como problema de Estado, con una dotación económica proporcionada a su importancia, y un programa educativo que instale la memoria y el presente de las mujeres no sólo en los textos, sino también en las aulas de las escuelas. Los partidos aceptarían, o no, incluir estas medidas en sus programas electorales y, en el primer caso, se comprometerían a cumplirlas. La comisión informaría a las mujeres españolas del resultado de esta negociación, para que luego voten en conciencia y en libertad, pero sabiendo lo que se juegan en cada papeleta. Y en el caso, no descartable, de que ningún partido estuviera dispuesto a asumir este programa, no quedaría otro remedio que fundar un partido nuevo, que trabaje para la consecución de la igualdad real.
ResponderEliminar