Ciclogénesis / Derechos / Tic tac

— Buenas noches y muchas gracias por venir. Hemos tenido estos días un fenómeno atmosférico de nombre sumamente rimbombante, pero de efectos sumamente decepcionantes, al menos en Madrid. Esto se arregla con un poco de poesía.

         CICLOGÉNESIS

Sopla una fría brisa en el ambiente.
No extiende ningún rumor, sino el silencio.
Se van agolpando nubes grises,
como montañas de intenciones perversas.

Lentamente va mermando la luz
y haciéndose cada vez más gris,
gris acero de tensión acumulada
en un cielo crecientemente sólido.

Su desgarro sacude el universo
como un aldabonazo cósmico:
tiembla aún el oído y el pecho
cuando estalla el apocalipsis:
el opaco techo se cuaja de relámpagos
y en la tierra descargan cataratas.

De los truenos tan fuerte es el estrépito
que no es posible oír los pensamientos.
Luchan sin tregua fuerzas infinitas
con una violencia ilimitada
y, en medio del fragor inusitado,
un pobre humano se estremece
ante la desatada Naturaleza
y recuerda su insignificancia.

   22 de enero de 2013

Lo que la semana pasada dijo la poeta invitada, Paz H. Páramo, sobre el amor y la elección me recordó que, tiempo ha, escribí uno relacionado. Tras tres búsquedas y abrir una decena de archivos, al fin lo encontré:

         DERECHOS

Tienes derecho a expresarte libremente,
pero no a que te escuchen.

Tienes derecho a comprar un décimo de lotería,
pero no a que te toque.

Tienes derecho a un juicio justo,
pero no a ganarlo.

Tienes derecho a buscar al amor de tu vida,
pero no a encontrarlo,
ni a, si lo hallas,
que te haga el más mínimo caso.

Tal vez sea mejor así.
Piensa que, de otro modo,
estarías obligado a aceptar
a la primera persona que llegara
diciendo que eres el amor de su vida.

Sigue adelante y ¡suerte!

  16 de marzo de 2014

Y lo que dijo Alberto Rivas, «vas caminando en la noche y, de pronto, te invade» me recordó una vez que me pasó precisamente eso. Es un poema de una sonoridad distinta a la de cualquier otro. Se compone de versos trisílabos y octosílabos alternados. Los más cortos parecen quedar suspendidos en el aire. Por ello su título es onomatopéyico.

        TIC TAC

Es hora
de que los versos estallen.
Es hora
de que las armas se callen.
Momento
de despegar de la tierra.
Instante
de terminar con la guerra.
Palabras
como machetes desnudos
destrozan
los más robustos escudos.
Lamentos
de inocentes masacrados
convencen
a los más tercos soldados.
La rabia
se disuelve poco a poco;
la calma
es de miradas el foco.

  26 de noviembre de 2015

— Gracias por compartir tu poesía sin falta —expresa Boadicea— y por ser un hombre bueno. Necesitamos mujeres fuertes y hombres buenos. 

 De esta sesión me gustaron especialmente:

• el de Wislawa Szymborska, Elogio de mi hermana, que leyó Boadicea;
• el soneto de Carlos Ceballos contra el acoso; y
• Hay un pueblo, de Boadicea.