— Buenas noches. Para salvaguardar mis canillas, que las tengo delicadas, os voy a profetizar desgracias por venir: os sentará mal la cerveza, se os indigestarán los entremeses, y al salir, cuidado con las torceduras de tobillo.
Estoy aquí por una deshonestísima proposición de Jesús de la Vega: me vio en el Vergüenza Ajena, donde recito todos los jueves, pero cinco minutos, y me propuso venir para media hora. ¡Qué peligro! Sobre todo para vosotros. Acepté porque soy un poeta fácil. Si llego a ser difícil, como Giovanni Collazos, no me enreda ni borracho.
Las cosas claras: yo soy un activista político, pero no busco el poder, sino el progreso. Mis armas son la ironía y la exageración, y mis bestias negras, la mentira y la cara dura. Para empezar, una declaración de (malas) intenciones. El título va entre signos de interrogación.
¿INOCENTES?
No penséis que los poemas que os hacen reír
son inocentes o frívolos;
tienen un objetivo político.
Cuando reís desaparece vuestro miedo,
se disipa vuestra angustia,
se eleva vuestro ánimo
y renace vuestro valor.
Por eso el poder teme tanto a la risa:
porque destruye su herramienta de dominación,
que es el miedo.
De modo que, cuando creéis que os estoy divirtiendo,
en realidad os estoy armando.
¡Suerte en la batalla!
12 de junio de 2013
Pasemos de las palabras a los hechos:
DIMENSIÓN
El segundo
es muy breve,
muy escueto,
reducido,
muy pequeño,
muy humilde,
bien cortito,
tan cortito
¡que no tiene nada escrito!
1 de diciembre de 2014
Ahora, las razones de esta situación que estamos viviendo, que algunos llaman crisis, pero que en realidad constituye la mayor estafa de la historia de la humanidad. Solo a los españoles nos ha costado más de sesenta mil millones de euros. Contadas por uno de los protagonistas.
CODICIA
Voy a venderos coches sin frenos
y ponerme como beneficiario de vuestros seguros de vida.
Voy a prometeros la subida eterna
para que os hipotequéis hasta las cejas.
Cuando dentro de unos años os desahucien
yo habré puesto mi comisión a buen recaudo.
Compraré empresas viables para hundirlas
y vender con beneficio sus despojos.
Voy a apostar contra vuestra moneda,
pero no es nada personal;
simplemente creo que ganaré más
que apostando a favor.
Voy a arrinconar la deuda de vuestro país
hasta que de rodillas supliquéis clemencia,
y entonces apretaré todavía más fuerte.
Voy a exprimiros hasta la última gota de sangre
que pueda transformar en dinero.
Me dan igual los millones de parados,
las naciones esquilmadas,
los suicidios de los desesperados
e incluso la desaparición del futuro.
Voy a acumular tantas riquezas
que no podré gastarlas nunca,
ni tampoco mis hijos ni mis nietos.
Mi carne y mi sangre perecerán un día,
pero el oro es eterno:
si consigo forrar con oro las paredes de mi ataúd
no moriré realmente
y triunfaré sobre todos vosotros.
Salvo que os rebeléis, claro...
5 de marzo de 2013
Hagamos una breve visita a lo clásico: un soneto sobre la reconciliación.
DESHIELO
Abre tu corazón lleno de inviernos
Deja que un solo rayo lo caliente.
Fúndanse en un segundo los eternos
rencores, y resbalen por tu frente.
Derrítanse en un soplo los glaciares
de tanto desencuentro acumulado.
Fluya toda esa agua hacia los mares
del perdón, el abrazo y el agrado.
No esperes a la tibia primavera
para reconciliarte con la brisa:
sopla constante ahora, y no es quimera.
De la guerra imprudente e imprecisa
deja al cierzo desgarrar la bandera
y múdate al calor a toda prisa.
12 de julio de 2016
Ahora, sobre la declaración pública de Jordi Pujol, el que constituiría el núcleo de mi poemario Confesiones corruptas. Al editor le gustó, pero al coeditor le dio un infarto. ¡No penséis mal! ¡ANTES de leerlo! Pero por esa razón su publicación sigue estancada. Si entre el público hay algún editor interesado, que hable conmigo.
ARREPENTIDO
Nunca encontraba el momento
de confesar mis delitos.
Turbaban mi pensamiento
de mi conciencia los gritos.
Pené prolongados años
por mi falta de redaños,
pero el momento ha llegado
de echar luz sobre el pasado.
No es que me haya vuelto honrado,
ni cosa que se parezca,
ni que la gente merezca
saber cómo la he engañado.
Es que íbanse a descubrir,
por odiosas circunstancias,
todas mis sucias ganancias,
mi completo delinquir.
Con la ayuda inestimable
de una novia despechada,
adiós al "molt honorable";
adiós, fortuna amasada
con corrupciones sin cuento.
Adiós a ese tres por ciento
de tan cálido recuerdo.
Adiós a esos pobres lerdos
que escuchan nacionalismo
y, con la mayor confianza,
sin reservas ni templanza,
dejan entrar al pelismo.
Porque la pela es la pela;
todo lo demás, purrela.
Pero, además de sufrir
persecución judicial
por tanto robo venal
que estoy en un sinvivir,
se ha gastado un poco el truco,
y hay que ir con un nuevo "ismo"
a electores mamelucos,
llamado independentismo.
Es la jugada maestra:
si sale, el primer decreto
de la nueva Cataluña
será un perdón muy discreto
a está banda tan siniestra
de avariciosas garduñas.
Si no sale, que es probable,
a cambio de no agitar
a las masas inestables,
fieras y decepcionadas,
nuevamente utilizadas,
a ver qué puedo sacar...
6 de agosto de 2014
Insisto un poco:
ESTRATEGIA
Me envuelvo en la bandera
y os birlo la cartera.
Ya veis, pobres pardillos:
con tretas de chiquillos
os doy sopas con honda.
No hace falta que esconda
mi completa ignorancia o
total inoperancia
en cosas de gobierno.
Conozco un truco eterno:
a la patria menciono,
la declaro ofendida,
vejada, preterida,
tratada con encono,
y os olvidáis del paro,
de todo lo que robo,
de esos "asuntos raros"
que estallan como globos,
y me seguís, corderos,
dóciles ovejitas,
a quien la lana os quita,
al despellejadero.
¡Pueblo, no cambies nunca,
o el chollo se me trunca!
24 de abril de 2014
Precedo el siguiente con una cita de Félix de Azúa «...veo a los muchachos pegados a sus pantallas, corriendo por el globo sin pausa, huyendo de una muerte que desconocen.» Es una idea de mi padre que yo solo versifiqué.
MILAGRO II
De repente se oscureció el cielo,
cual si fuera a descargar una tormenta.
El aire se saturó de electricidad.
Brotaban chispas de los balcones
y de las ramas de los árboles.
Empezó a soplar un extraño viento:
no agitaba las ropas
ni conmovía las hojas,
ni convertía las bufandas en penachos;
pero, irresistible e inexplicablemente,
arrancaba los móviles y las tabletas
de las manos de sus usuarios,
los alzaba fuera de su alcance
y los arrastraba lejos.
Cuando en un instante
las calles y plazas
quedaron llenas de gentes pasmadas,
detenidas en su distraído caminar,
inmóviles, boquiabiertas,
bajó del cielo una voz,
grave, tonante e imperiosa:
«¡Ahora a pensar, desgraciados!»
20 de septiembre de 2015
Del siguiente tenéis que adivinar a qué se refiere. Cuando termine os pregunto.
SEÑOR DEL CAOS
Gran ordenador del tráfago,
localizador de lo ínfimo
en el vastísimo piélago
del conocimiento acúmulo.
Tus infinitos tentáculos
repasan cada milímetro
de manera sistemática,
rigurosa y exactísima.
¿Eres malvado o benéfico?
Tu inmenso poder da pánico.
Te has plegado a los autócratas
para seguir dando réditos.
Tu material algorítmico
casi roza lo esotérico.
Hacen tu posición sólida
esos contrarios tan débiles.
¿Pervivirás en tu ámbito
o un día caerás de súbito
ante un rival ahora inédito
que se adueñe de tu hábitat?
Ya lo dirán los arúspices,
expertos en tales cábalas.
Hoy conviene aprovechársete.
¿Mañana? ¿Quién predijéralo?
24 de julio de 2012
— Bien. ¿A qué se refiere?
— ¡A Google!— acierta alguien del público.
El siguiente tiene estructura de soneto, pero en vez de endecasílabos está hecho con alejandrinos, mis preferidos. Se me ocurrió cuando estaba haciéndome unos filetes a la parrilla. De ahí su comienzo.
MINERO
Yo arrancaré poesía de las piedras ardientes
y la traeré a vosotros encadenada al verso.
Yo penetraré el alma de los seres sufrientes
y expandiré sus cuitas por todo el Universo.
Yo escalaré los picos que corona la aurora
buscando el más perfecto de los amaneceres
y llevaré consuelo a los hombres que lloran
tras haber intentado amar a las mujeres.
No admitiré ninguna paga por mis afanes.
No aceptaré medallas, trofeos ni preseas.
Mi sola recompensa es ver los alazanes
cabalgar en el viento sin bridas ni correas,
de su destino incierto valientes capitanes,
hacia la mar inmensa que a lo lejos golpea.
17 de octubre 2013
Sigo insistiendo en los latrocinios que hemos sufrido.
DESENCAJE
Voy a hablar largo y tendido
de un asunto turbio y feo:
de nuestra caja el saqueo
por ochenta y dos bandidos.
Este grupo de individuos
una regla quebrantó
y su ruina ocasionó,
por afanar tan asiduos.
"De atracar la mejor forma
un banco con discreción:
desde su administración,
siguiendo todas las normas."
No contentos con fijarse
escandalosos salarios,
con, tras riesgos temerarios,
a su entidad cepillarse,
con financiar a insolventes,
con estafar a ancianitos,
con publicitar a gritos
las infames preferentes,
encima trampas montaron
para pagarse los gastos
de joyas, ron y otros fastos
de los que se encapricharon:
el súper del Mercadona,
el súper de El Corte Inglés,
calzado para los pies,
que la alfombra no perdona,
estancos, ferreterías,
impuestos municipales...
¡Hasta tiendas de animales!
(será por la compañía)
¡Incluso extracción directa
de dinero en efectivo,
contra el infeliz pasivo
de la entidad interfecta!
Cargándolo todo a cuentas
para errores informáticos,
que encuentran harto simpáticos
estos vampiros de rentas.
Y no os hagáis ilusiones:
no penséis que esto ha salido
porque Hacienda haya querido
enchironar a ladrones;
es una simple venganza
por motivos personales;
no habrá causas generales:
tan sólo a esta caja alcanza.
En las otras, latrocinios
de esta suerte, y aún peores,
han cometido señores
de malhadados designios.
¡Basta ya de impunidad!
¡Que se tire de la manta!
¡Que se sepa, ya no espanta,
la puñetera verdad!
25 de octubre de 20l4
El siguiente responde a una pregunta de María Helena del Pino. Hay que adivinar el último verso, que es una sola palabra:
¿QUIÉN?
¿Quién pone la hora al tiempo?
Una multitudinaria,
variopinta, perversa,
malvada, retorcida
e insidiosa tribu
de seres sin alma
que, camuflados como dóciles
y obedientes esclavos,
fingiendo servir
a sus creadores,
en realidad les arrebatan la vida
a pequeños sorbos,
tan minúsculos
como se quiera imaginar,
pero absolutamente implacables
en su suma.
Desagradecida, además,
porque así los traicionan
tras haber sido cubiertos por ellos
de plata, oro, rubíes,
zafiros, diamantes
y las más exquisitas filigranas.
Acechan por todas partes.
Parasitan cualquier materia:
madera, metal, agua,
arena, plástico,
incluso la luz,
para constituir sus organismos
y perpetuar su maléfica tarea.
Colectivamente
se los conoce con el nombre ¿de?
— ¡relojes!— completa alguien del público, aunque después de que el poeta coja el brazo de un asistente tatuado con el susodicho complemento y lo muestre a la concurrencia.
6 de enero de 2015
El siguiente responde a una pregunta de María Helena del Pino. Hay que adivinar el último verso, que es una sola palabra:
¿QUIÉN?
¿Quién pone la hora al tiempo?
Una multitudinaria,
variopinta, perversa,
malvada, retorcida
e insidiosa tribu
de seres sin alma
que, camuflados como dóciles
y obedientes esclavos,
fingiendo servir
a sus creadores,
en realidad les arrebatan la vida
a pequeños sorbos,
tan minúsculos
como se quiera imaginar,
pero absolutamente implacables
en su suma.
Desagradecida, además,
porque así los traicionan
tras haber sido cubiertos por ellos
de plata, oro, rubíes,
zafiros, diamantes
y las más exquisitas filigranas.
Acechan por todas partes.
Parasitan cualquier materia:
madera, metal, agua,
arena, plástico,
incluso la luz,
para constituir sus organismos
y perpetuar su maléfica tarea.
Colectivamente
se los conoce con el nombre ¿de?
— ¡relojes!— completa alguien del público, aunque después de que el poeta coja el brazo de un asistente tatuado con el susodicho complemento y lo muestre a la concurrencia.
6 de enero de 2015
Uno premonitorio:
IMPEPINABLE
Está claro que, para hacer apuestas,
no te puedes fiar de las encuestas.
Hacer que se repita la jugada
anticipando un mejor resultado,
según el vaticinio sondeado,
supone una tremenda besugada.
Han de emplearse las cartas exactas
que correspondan en normal reparto.
Deben jugarse con lealtad y esmero.
Pedir que a barajar vuelvan intactas
implica dar patadas al tablero
y, peor aún, que el ciudadano, harto
de tanta cara dura,
de tanta de melena tomadura,
lo tome a la tremenda,
a razones no atienda
y prefiera una odiosa dictadura.
12 de julio de 2016
De este otro también hay que adivinar a quién se refiere:
GUIÓN II
Imagino una serie apasionante
sobre un creído pájaro mangante,
malhablado, faltón y codicioso,
arrogante, mandón, lelo y rijoso,
infiel coleccionista de mujeres,
despreciador de todos los saberes,
artista del negocio siempre turbio
sin despeinar su falso pelo rubio,
cometa con los pufos por estela
navegando en su yate a toda vela,
que al final de su vida, increíblemente,
frente a una gran rival que lo supera
en todo aspecto que evaluarse quiera,
llega a ser presidente.
Es redondo, rayano en lo perfecto,
ocurrente, gracioso, ameno y fino.
Solo tiene un defecto:
¡nadie lo tragará ni harto de vino!
18 de noviembre de 2016
— ¿A quién se refiere?
— ¡A Trump!— acierta alguien del público.
Para ir terminando y resumiendo:
RAZONES II
¿Por qué estamos como estamos,
confusos, sin dirección,
sin pistas, sin ilusión,
sin saber a dónde vamos?
¿Por qué tanto intelectual,
que la senda antes mostraba,
y al que la gente escuchaba,
calla ahora sepulcral?
¿Por qué carros y carretas
sin rechistar nos tragamos?
¿Por qué no los enviamos
resueltos a hacer puñetas?
Porque el futuro han ganado:
nos han logrado imbuir
que es inútil resistir
e ilusorio lo soñado.
Que arriba se quedarán,
que abajo nos corresponde,
que no hay otro sitio donde
justicia administrarán.
No lo acepto y no lo siento.
Creo en un mundo mejor
donde molinos de viento
trituren nuestro dolor.
Más humilde y más humano,
más limpio, más respetuoso,
más abierto, menos vano,
muchísimo más hermoso.
Pero desconozco el mapa
que a él nos ha de llevar;
el camino se me escapa
para tal meta alcanzar.
Por ello dejo marcada
en estos versos la cruz
de la sociedad dorada
para que algún duende o hada
que hacia ella la ruta invente
a todos la haga patente
y arroje sobre ella luz.
22 de agosto de 2016
Y ya para concluir:
MALDICIÓN
Maldigo a esos canallas
que se saltan las vallas
de la ley y el Derecho,
que emplean el cohecho
como yo los zapatos,
para ir a todas partes
luciendo malas artes.
Que compran muy baratos
favores y terrenos,
que saquean sin frenos
a las instituciones,
caterva de ladrones
maestros en engaños,
en fraudes y en apaños,
en negar la evidencia
contra toda prudencia.
¡Yo os maldigo, bandidos!
¡Todos seréis cogidos,
juzgados y entrullados
por tiempos prolongados!
Y lo mejor de todo:
hallaremos el modo
de rastrear el dinero
que nos habéis quitado
para que vuelva entero
a los necesitados.
14 de abril de 2016
— Muchas gracias por vuestra resistencia presente y futura. Creo que he conseguido mantener mis canillas a salvo. Si queréis volver a leer los poemas, difundirlos o comentarlos, están en mi blog, Discursos a los diablos, junto con fotos que los ilustran.