EL PROBLEMA DE LAS POETISAS
Un hombre normal
puede consolar a una mujer normal.
Bastará una escucha atenta
y unas pocas palabras bien escogidas.
¿Pero quién consolará a una poetisa?
¿Qué palabras parecerán adecuadas
a esa exquisita selectora de vocablos?
¿Qué frases no le sonarán triviales,
manidas, vacías, tópicas, insulsas?
Si sus propios escritos,
brotados directamente de su alma,
destilados perfectos de su autoconocimiento,
no consiguen ayudarla
¿quién podrá hacerlo?
7 de mayo de 2013
El segundo es un poema surrealista que me vino hace dos sábados tras ver la exposición de Salvador Dalí en el Reina Sofía. Pensaba leerlo en la sesión anterior, pero se cruzó Poesía encarnada. Se titula...
CANÍBAL
Tengo una funda de edredón caníbal.
No lo parece cuando la meto en la lavadora.
Pero cuando la saco,
vuelvo a descubrir que la insaciable
ha aprovechado arteramente
las revoluciones del centrifugado
¡para comerse al resto de las prendas!
Todas están al fondo de su estómago.
Tengo que extraerlas una a una,
chorreantes y menos limpias,
y tardan mucho más en secarse.
Estoy pensando en coserle la boca
para curarla de su afición nefasta.
Miedo me da que un día,
harta ya de devorar tela,
empiece con la carne.
28 de abril de 2013
Y el último, ya que hablamos de miedo, es uno muy breve de hace ya bastantes años, que se titula precisamente...
MIEDO
A Rosa
Tengo miedo de las palabras,
que mienten,
que engañan.
Tengo miedo de las miradas,
que niegan,
que aplastan.
Tengo miedo de las palabras,
que hieren,
que matan.
Tengo miedo de lo no dicho,
que pudre
este corazón mío.
30 de marzo de 2007
Los poemas que más me han gustado hoy han sido los del poeta invitado, Óscar Martín Centeno
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