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miércoles, 17 de abril de 2013

Defensas / Singularidad / Abril

Buenas noches y muchas gracias por venir. El primero que voy a leer es muy breve, de solo diez versos. Trata de cómo las precauciones excesivas nos abocan a nuevos peligros. Lo escribí hace unos días y los acontecimientos de Boston me lo han recordado. Se titula...


       DEFENSAS

Edificamos muros.
Electrificamos vallas.
Revisamos los cerrojos.
Poblamos las almenas de centinelas.
Y nos creemos seguros.

Pero nos equivocamos:
la mortífera soledad vendrá a buscarnos
en nuestros blindados escondites,
y se reirá cruelmente
de sus pobres defensas.

24 de marzo de 2013


El segundo es un poco más largo, trece versos, y es un poema feminista. A quien no le parezca feminista, que lo vuelva a leer el número de veces que sea necesario. Para eso está el blog del poeta Daniel Romero. Se titula...



  SINGULARIDAD

Entre las peculiaridades de las féminas
se cuentan los súbitos cambios de humor,
los dolores periódicos,
los llantos sin venir a cuento,
el preferir hablar de un problema a resolverlo,
las obsesiones,
los antojos,
los emperramientos...
Pero ninguna tan singular
como la capacidad de arder literalmente,
de inflamarse extensas zonas de su piel
hasta quemarte los dedos
cuando las acaricias.

   13 de abril de 2013

Foto tomada el 14 de abril de 2013 en la estación de metro de Cuatro Caminos.
La República lleva medias moradas, aunque mi móvil las haya captado como negras.

Y para terminar, unos versos de aniverso, quiero decir de aniversario:


           ABRIL

Anteayer se cumplieron ochenta y dos años
del día mas jubiloso de nuestra historia:
cuando por fin nos pareció que podíamos
abrazar el progreso,
repartir la riqueza,
generalizar el saber
y rechazar el oscurantismo.

El sueño duro cinco años
y el despertar fue apocalíptico:
abrimos los ojos en una ciénaga de horror,
traición, venganza y saña fratricida.

Lentamente nos fuimos acercando a la orilla
hasta salir jadeando, agotados,
arrastrándonos sobre las rodillas.

Cuarenta años nos ha costado ponernos de pie,
y ahora, ante la sequía de los campos
que este tiempo nos dieron precario sustento,
pensamos en aquel antiguo júbilo.

No nos engañemos:
hoy no nos lo podemos permitir.
Ni mañana, ni pasado.
Lo único que podemos hacer
es seguir luchando
para merecerlo algún día.
¡Viva la libertad!
¡Viva la democracia!
¡Viva la paz!
Y ojalá que algún día se pueda gritar,
sin arriesgar todo lo anterior:
"¡Viva la República!"

   16 de abril de 2013






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