El primero que voy a leer esta noche se basa en una afirmación de Carlos Salem la semana pasada, que yo he puesto entre signos de interrogación para titularlo:
¿SOMOS ANACRONISMOS?
¡Escuchad, colocadores de palabras!
¡Proyectad vuestras mentes al futuro!
¿Habrá poetas en dos mil noventa?
¿Seguirán unos pocos requiriendo
poner sus sentimientos por escrito
en conjuntos de versos trabajados?
Tal vez se los dicten a una máquina;
tal vez les baste solo con pensarlos
para visualizarlos en pantalla,
pero seguro que seguirá habiéndolos,
como en los últimos cinco mil años.
El contenedor sustituye al ánfora,
pero nada sustituye a la anáfora.
El latín se fragmenta en romances,
pero las personas siguen hablando,
porque siguen pensando.
Y la poesía es hija del pensamiento.
Puede pasar de moda,
pero siempre se seguirá escribiendo,
se seguirá leyendo,
porque de la persona es pura esencia.
18 de diciembre de 2012
Para abrir camino al segundo, una cita apócrifa de Severo Sarduy: "Un buen poema ilumina el mundo". Se titula, precisamente...
EL BUEN POEMA
¿Qué debe contener un buen poema?
¿Rebuscadas metáforas? ¿Sentimientos profundos?
¿Acrisolada métrica? ¿Inigualables rimas?
¿Debe hablar de la vida y de la muerte?
¿Debe tratar de disipar las sombras?
Nada de todo eso.
Tan solo ha de embargar al que lo lee,
aunque conozca ya muchos poemas,
hacerle ver que existía otro modo
de tratar un asunto, de mirar,
de encauzar una idea desbocada,
dar forma a un pensamiento evanescente.
Y hacerlo sin caídas,
sin palabras impropias del contexto,
respetando cual ley las concordancias.
Y durar lo justo:
ni tanto que cansino se reciba
y el oyente desista de seguirlo,
ni tan poco que en germen muera el tema
y no libere todo su potencial.
16 de diciembre de 2012
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Antes del tercero quiero hacer un anuncio. Hace meses leí el poema Siria atormentada que contenía la siguiente predicción, referida a Bachar el Asad y los rebeldes:
...y sin embargo, tan ebrio está de sangre
que podrían acabar ganando...
La situación ha evolucionado de modo tan favorable que estoy dejando que se escriba una continuación, "Siria victoriosa". Cuando llegue el momento ya la leeré.
Y sin más, pasemos al tercero y último:
SOPORTES
Para leeros poemas he probado el papel,
el disco compacto,
mi memoria...
No he probado la tableta ni el smartphone,
pero creo que no voy a hacerlo:
los encuentro demasiado grandes.
Me quedo con el sillyphone
(o sea, el móvil más o menos tonto)
porque no crepita como el papel,
no me tapa la cara,
y es el que mejor me permite
leer en vuestros ojos
mientras os recito
9 de diciembre de 2012
El poema que más me ha gustado esta noche ha sido Hasta los huesos, de Miguel Guadalupe.
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