Contra la adicción
a redes sociales
es esta canción
de aires tropicales.
ENREDADA
Instagramera,
prolija instagramera,
instagramera,
prolija instagramera.
Una mujer se desvive
por subir fotos a chorro.
Cuarenta hastags escribe
por más que sea un engorro.
Y en la duda al que suscribe
anda pidiendo socorro.
Instagramera,
prolija instagramera,
instagramera,
prolija instagramera.
Sus miles de seguidores
demandan más atención;
no satisfacen las flores
que cuelga con devoción.
Quieren flipar en colores
sin ninguna interrupción.
Instagramera,
prolija instagramera,
instagramera,
prolija instagramera.
Los ombligos son redondos,
las llanuras son calmadas.
Si te descuidas un poco,
muestra las fotos cuadradas,
y si haces otros formatos,
las presentará cortadas.
Instagramera,
prolija instagramera,
instagramera,
prolija instagramera.
23 de febrero de 2019
De este micro abierto me gustaron especialmente:
- la de Curro Rumbao;
- la de Paloma Ribera;
- Casa, de Una;
- Main Street, de Camilo Crespo; y
- No hay razón, de Nualaya.
“La dependencia se da cuando el móvil o la televisión ocupa más de dos horas ininterrumpidas de la vida de los jóvenes”, explica el coordinador del Servicio de atención en adicciones tecnológicas, José Moreno. Es decir, dos horas sin levantar la vista de la pantalla. “Esto puede traer consecuencias como que los niños se aíslen, bajen su rendimiento escolar o cambien su estado de humor”, dice la psicóloga Laura Rico. Desde el centro denuncian que una señal de alarma para muchos padres es cuando se dan cuenta de que la pantalla es lo único que reconforta a su hijo, y deciden buscar ayuda profesional.
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