MISTERIOS II
En el Café Libertad
suceden extrañas cosas:
se ahuyenta a la soledad;
florecen por cientos rosas;
entra a raudales la gente
en un espacio vacío;
torna rápido en candente
lo que antes estaba frío.
Al baño van níveas ninfas
y nunca vuelven de él;
se disuelven en las linfas
de azúcar del moscatel.
De física experimentos
dan tan raros resultados
que prodigiosos inventos
han sido desarrollados.
Pero es el mayor misterio,
por todos los otros vale,
que en antro tan poco serio
¡nadie entra como sale!
7 de enero de 2018
Este me surgió mientras escuchaba la investidura del ultra Bolsonaro como presidente de Brasil
ESTRATEGIA II
No quiero ser el héroe
que en la última trinchera,
sudoroso, cubierto de barro,
con el sabor de la sangre en la boca
y los pulmones inflamados
por el humo de pólvora,
defienda la libertad y la democracia,
contra el despiadado autoritarismo.
Entre otras cosas,
porque no garantizo la victoria
y valoro mucho mi pellejo.
Prefiero que todos vosotros,
o al menos la gran mayoría,
sin necesidad de que os lleguen
mis palabras,
mis ruegos,
solo por vuestro propio convencimiento,
le cortéis el paso mucho antes,
y le hagáis abandonar toda esperanza
mediante el arma más eficaz
para estos casos
que se haya inventado jamás:
las incruentas urnas.
Dadme el gusto, porfa.
1 de enero de 2019
Por último, aunque no lo parecen, todos los hechos que relata el siguiente son reales.
RESULTADO
Tras rigurosa investigación
han demostrado sabios expertos
que los temores eran inciertos:
no hubo ninguna conspiración.
Las cefaleas y malestares
que atormentaron en embajadas
bien a civiles o a militares
para nada eran intencionadas.
Nadie lanzaba ataques sónicos
contra indefensos trabajadores.
No había aparatos estereofónicos
que provocaran esos dolores.
El surgimento de este expediente
de diplomacia causó incidente
entre La Habana y la capital
de los Estados Americanos,
siempre dispuestos a los cubanos
echar la culpa de todo mal.
Analizando las grabaciones
hasta a los diales sacarles brillo,
quedaron claras las conclusiones
de que el culpable era ¡solo un grillo!
8 de enero de 2019
De este micro abierto me gustaron especialmente:
- Mejores días, de Juanlu Mora;
- Canción para la gente, de Javier Cuenca; y
- Hastío, de Chico Herrera.
Me pregunto qué podemos hacer, y solo se me ocurre una respuesta: votar, votar y animar a votar a todo el mundo a nuestro alrededor. Ya que es el único espacio en que podemos participar directamente y en el que nuestra voz se oye; no podemos dejar de ocuparlo. No podemos caer en la apatía ni el desencanto. Vayamos a votar como si nos fuera la vida en ello. Que nadie se quede en casa.
ResponderEliminar