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martes, 4 de agosto de 2020

Compañía II, Desposesión y Perplejidad II

Buenas noches y muchas gracias por venir. Este lo escribí el 14 de marzo.

COMPAÑÍA II

Me he quedado solo contigo.
Te conozco.
Quieres volverme loco.
No puedo echarte de mi cabeza,
pero puedo recluirte en una isla,
volar los puentes
y escuchar a lo lejos
tus débiles gritos,
que no hacen saltarse a mi corazón
ni un solo latido.

Para lo que valen,
te puedes callar.
No vas a lograr nada,
miedo.

  14 de marzo de 2020


Por si acaso, recuerdo que Nobita es el niño inútil al que el gato mágico Doraemon resuelve todas las papeletas. La combinación de su nombre con el de otra persona no es mía, pero me parece afortunadísima.

DESPOSESIÓN

Nobitorra se ha quedado
sin su acta de diputado.
Todo por desobediente,
respondón y repelente.
Es un niño malcriado.
Un espíritu amargado.
Un histrión incontinente.
Un dolor de presidente.
Catorce muelas cariadas.
Extravagancias variadas.
Falta de imaginación,
calma y consideración.
Un desgraciado ejemplar
de nuestro escaso pensar,
creado para embestir
a quien intente asumir
el respeto al diferente,
el actuar inteligente,
la humanidad compartida
como guías de la vida.

  27 de enero de 2020


Este lo escribí el 31 de marzo. Lo trágico es que, cuatro meses después, resulta actualísimo. Para quien, como yo, ya no tuvo que aprenderse la lista de los reyes godos, aclaro que Witiza, con uve doble, estaba en ella.

PERPLEJIDAD II

No consigo comprender
por qué nos ha abandonado
nuestro genio organizado
cuando más podía hacer.

Hubo de súbito al clima
que prepararle la cima,
con el tiempo muy contado
y el ambiente caldeado.
Pues fue un éxito rotundo
que resonó por el mundo.
Todos las gracias nos dieron.
Parabienes nos llovieron.

Nos ofrecimos solicitos,
sin mirar riesgos implícitos,
a albergar el River-Boca.
Parecía la más loca
de las ideas tenidas
por cúpulas atrevidas:
juntar los hinchas violentos
de dos equipos rivales
era llamar a los males,
era desatar los vientos.
Pues no hubo ni un coche roto.
Ni el más mínimo alboroto.

Y ahora un virus extranjero,
contagioso y puñetero,
con mes y medio de aviso,
casi dos, por ser preciso,
la nación nos paraliza.
Ni en los tiempos de Witiza
se daban cosas así.
Mil despropósitos vi:
a ministros sin condena
por violar la cuarentena.

Sanitarios aplaudidos
mandados desprotegidos
a luchar sin material
de fabricación banal.

A pesar de los pesares,
cadáveres a millares.
Ancianos abandonados
a su suerte, amontonados.

Y el arma más excelente,
unos datos impecables,
rigurosos y fiables,
¡absolutamente ausente!

Alguien tiene que aclarar
cómo ha podido arrasar
esta debacle viral,
este desastre total,
a un país próspero y rico,
porque yo no me lo explico.

  31 de marzo de 2020

Dejo para el sorteo uno de mis poemas secretos. Además hace dos sábados presenté en El Aleatorio mi segundo poemario, El proceso... y tentetieso, sobre el proceso separatista. Tengo aquí un ejemplar, que vendo por 5 euros, que serán donados íntegramente a la lucha contra la covid-19.
 
De este micro abierto me gustaron especialmente:
  • Gabinete de crisis, de Guille Santa Olaya;
  • el poema Me interesa, de una de las nuevas participantes; y
  • Los gritos del mar, de Deina.

1 comentario:

  1. Seguimos sin saber registrar datos (base de la necesaria inteligencia logística), sin reforzar la infradotada atención primaria, sin suficientes equipos de rastreo y sin la imprescindible coordinación.

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