Impepinable / Encierro

— Si le quitáis las gafas —explica Pepe Ramos, presentador de Vergüenza Ajena— y las cejas, y le ponéis una sonrisa de medio lado y una peluca, obtendréis el retrato exacto del Giocondo que nos visita cada jueves para envidia de los retablos del museo del escritor de aquí al lado [Quevedo]. Para todos ustedes, un verdadero hombre del Renacimiento: ¡Daniel Romero!
— Buenas noches y muchas gracias por venir. Tres premisas: para mí, más vale un mal acuerdo que un buen pleito, una mala paz es preferible a una buena guerra, y lo mejor habría sido que, tras forzar Podemos, en el pacto PSOE-Ciudadanos posterior a los comicios del 20 de diciembre de 2015, el mayor número posible de medidas sociales, Podemos se hubiera abstenido en la segunda votación. Pero actuó de otra forma y así estamos en la situación que estamos, lo que nos lleva a una conclusión...

      IMPEPINABLE

Está claro que, para hacer apuestas,
no te puedes fiar de las encuestas.

Hacer que se repita la jugada
anticipando un mejor resultado,
según el vaticinio sondeado,
supone una tremenda besugada.

Han de emplearse las cartas exactas
que correspondan en normal reparto.
Deben jugarse con lealtad y esmero.
Pedir que a barajar vuelvan intactas
implica dar patadas al tablero
y, peor aún, que el ciudadano, harto
de tanta cara dura,
de tanta de melena tomadura,
lo tome a la tremenda,
a razones no atienda
y prefiera una odiosa dictadura.

  12 de julio de 2016

El segundo gustará a los que se hayan apuntado a la moda antitaurina, pero lo que critica es otra cosa.

      ENCIERRO

Llena el aire la tensión.
Una mecha que se enciende.
Un cohete al cielo asciende
y se escucha una explosión.

Del corral se abre la puerta.
Salen toros en manada.
Comienza la esgrima incierta
que usa el cuerno como espada.

Los corredores golpean
los lomos de los astados
con diarios enrollados
mientras con ellos pelean.

En adoquines resbalan
las pezuñas poderosas.
Debido al esfuerzo exhalan
las bocas babas viscosas.

En plena calle Estafeta
un morlaco se revuelve
y dar marcha atrás resuelve.
¡Pobre de a quien acometa!

En gritos de pavor puro
la gente histérica estalla.
Contra el animal oscuro
se desata la batalla.

Sus defensas aceradas
van ensartando a los mozos.
No hay lugar para escapadas.
Se suceden los destrozos.

Balance desolador:
dos muertos y cinco heridos.
¿Estaban tan aburridos
que nada vieron mejor
que ponerse por delante
de una furia empitonada
secundados por borrachos
para hacerse más los machos?
Lamento la desgraciada
suerte que les ha caído,
pero, aunque la idea espante
¡se lo tienen merecido!

  9 de julio de 2016

De esta sesión me gustaron:

• Clases de morir, de Álvaro Bueno
• la forma en que Aurora leyó La caída
• Metro de Madrid informa, de María
• Algo más que poner el lavavajillas, de Miguel Martínez
• de El Cable Azul, el poema playero y el de la existencia fractal.