Laca / Disculpa / Moneda

-Su poesía, si bien no es nociva en su forma -dice Pepe, el presentador-, resulta satírica en su efecto. Provocando la risa -ese gesto con que solo se representa a Satán- nos llega la esgrima lírica de Daniel Romero.
-Buenas noches y muchas gracias por venir.

El primero va
sobre Rita Barberá.

Si no estáis al corriente de los detalles del caso, en mi blog, Discursos a los diablos, encontraréis el poema enlazado a los hechos a los que alude.

        LACA

Canta, Rita, Rita, Rita,
déjate de subterfugios.
Abandona esos refugios
de apandadores de guita.

Si está investigado en pleno
tu grupo municipal,
considerarás normal
que ande de sospechas lleno.

Sospecho que en el Senado
te mantienen intubada,
sin asistir ni hacer nada
los que prefieren tapado
ese asunto tan vidrioso
de anónimas donaciones
que por camino dudoso
regresan sin deducciones.

Sospecho que si dejaran
al juez hacerte preguntas
que, me temo, te barruntas,
pues sobre el caso indagaran,
ese orgullo tan fallero,
ese desprecio al votante,
volaría por entero
en un diminuto instante.

Así que espero y deseo
que arriba recapaciten
y que no solo ejerciten
el derecho al pataleo,
sino que rápido impulsen
la gestión del cuerpo extraño
y diligentes lo expulsen
antes de que haga más daño.

  27 de febrero de 2016

El segundo, aparentemente tecnológico, en realidad es aleccionador:

  DISCULPA

Lo siento, colega:
pero ni tu tableta,
ni tu flamante listófono
de medio metro cuadrado,
ni tu navegador,
ni los macrodatos,
ni la telaraña mundial
van a pensar por ti.

Así que empieza a practicar
cuanto antes,
porque puede que un día
sea hasta necesario.

  4 de marzo de 2016

Y, para ejercitarse en esto, uno breve, profundo y metafísico que explica qué es dios. Pero claro, hay que entenderlo.

        MONEDA

Un hombre
lanza una moneda al aire.

Adquiere velocidad.

Describe una parábola perfecta.

Antes de que llegue al suelo,
el hombre la atrapa.

Queda parada en su mano.

¿A dónde ha ido su velocidad?

De pronto
el corazón del hombre se para.

La moneda escapa de su mano.

Él se derrumba.

Sus miembros se esparcen por el suelo,
su respiración se detiene
y sus ojos quedan abiertos.

¿A dónde ha ido su alma?

  16 de febrero de 2013

Los poemas que más me gustaron de esta sesión fueron Apátrida, de Rafael Carvajal (aunque mis ideas son totalmente opuestas); El dedo, de Valentín; 8 de marzo, de Jorge García Torrego, el de Pilar Astray y el de María Helena.