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martes, 21 de enero de 2014

Imputación / Prisionera / Gelman

Buenas noches y muchas gracias por estar aquí. El título del primero tiene una sola palabra, pero en cuanto la pronuncie, sabréis de qué y de quién va:

       IMPUTACIÓN

A ver si canta la Infanta.
A ver si somos iguales
y no vuelven a emplearse
mil artimañas legales.

A ver si el fiscal acusa
en vez de obstaculizar
que la muy noble presunta
hable en sede judicial.

A ver si se hace justicia,
se aclara lo que ha pasado,
se castiga la codicia,
se devuelve lo robado.

A ver si sube la cuesta
y no entra por el garaje
del juzgado. ¿Quién apuesta?
Se verá decepcionado.

A ver si estoy en lo cierto:
esas clases de merengue
en una empresa tan rara
le van a salir más caras
que una epidemia de dengue.
A ver si sueño despierto...

     17 de enero de 2014




El segundo trata de que, si una persona acumula demasiados objetos, se vuelve...

          PRISIONERA

Cuando veo tus coloridos jarrones,
tus extravagantes sombreros,
tus valiosos muebles,
tus exóticas porcelanas,
tus refinados adornos,
y tus innumerables libros,
recorriendo como abejas enloquecidas,
en interminables espirales,
todas las paredes de tu casa,
te siento como una prisionera,
en una cárcel peor que la cárcel,
porque de la tuya puedes salir,
pero no puedes escapar.
Aunque corras hasta las antípodas,
sentirás allí la llamada de tus pertenencias,
cubriéndose de polvo,
o temiendo ser víctimas de un ladrón,
un incendio o una fuga de agua.

Volverás para limpiarlas todos los días,
siempre con miedo de que alguna se caiga y se rompa,
para dedicarles tan ingente parte
de tu limitado tiempo
que ¿cuánto te quedará para vivir?

   20 de enero de 2014





Y el título del tercero también tiene una sola palabra, que lo define perfectamente:

      GELMAN

Pensando en Juan Gelman se me aparece una llama violeta,
una espingarda de ceniza,
fuerte en su fragilidad.
Un rostro congelado en su tristeza.
Un extraordinario abuelito,
porque no cuidó de su nieta,
sino que removió cielo y tierra hasta encontrarla.
Un incansable denunciante
de atropellos e injusticias.

No pido que descanse en paz:
ya lo hará sin que se lo diga.
Lo que pido es que los valientes
que por la senda que él trazó
siguen adelante,
jamás descansen.

    17 de enero de 2014

María Elena, la presentadora de la sesión: "No he encontrado todavía a nadie que rime como Daniel Romero. El próximo día vengan todos con un poema rimado, a ver quién puede hacerle competencia."

Me gustó mucho el poema "Podéis estar orgullosos" que se leyó justo después de que yo entrara (y del que por tanto no sé el nombre del autor). También me gustaron los tres de Javi y el último de Ángel.

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