EL GUARDAGUJAS
Circulan por mi alma trenes de pesadumbres.
Existe en algún punto de las gastadas vías
una bifurcación clave
custodiada por el más fiel vigilante.
Por la izquierda se va a mi corazón.
Si un tren llegara allí y descargara sus cisternas,
lo anegaría de lágrimas,
lo ahogaría en un mar de tristeza y aflicción.
Por la derecha, se sigue dando vueltas
al intrincado circuito,
dejando que el balasto de alegría
disuelva poco a poco los vagones
y, al final, hasta la locomotora.
Enseguida son absorbidos los restos.
Queda, si acaso, el recuerdo del hecho,
pero anulada su capacidad de herir.
Hoy, sin embargo, he querido darme al llanto,
más que nada para recordar la sensación,
y he ordenado a un maquinista
tomar por la ruta de la izquierda.
No ha podido.
Mi guardagujas ha clavado el mecanismo.
17 de julio de 2005
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El segundo lo acabo de escribir sobre la barra, inspirado por la clasificación de la poeta invitada.
LOS TIPOS DE POETAS
A Delia, la inspiradora
Sostiene la última poeta invitada
que hay dos tipos de poetas:
los que se saben sus poemas de memoria
y los recitan en actuación soberbia,
y los que solamente los leen.
Yo discrepo:
esa diferencia se me antoja nimia
y en muchos casos no existe,
pues el mismo poeta recita de memoria unos trabajos
y lee otros.
¿Hay realmente tipos de poetas?
¿Los buenos y los malos? - aventuro perezoso.
¡No! - me respondo airado - ¿Quién lo juzga?
¿Los que me gustan y los que no?
Menuda frivolidad absurda...
¿Los que viven de su arte
y los que comen de otro oficio?
Una clasificación demasiado prosaica
para tener validez poética.
No hallo verdaderamente forma alguna
de separar en tipos a los poetas;
es al revés: los poetas son un tipo
separado del resto de la gente:
aquéllos que escriben poesía,
que la leen, que la escuchan,
cuyo corazón hacen resonar los versos
son tipológicamente distintos
de aquéllos cuyo corazón es mudo.
25 de septiembre de 2012
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Y el último, para ilustrar lo que acabo de decir, voy a recitarlo de memoria. ¡Ojo, que no es lo que parece!
¡CUIDADO!
Un alma muerta
me condujo a la ciudad desierta.
Allí, una puerta
que estaba abierta
me devolvió a la realidad cierta.
¡Estad alerta!
¡Cuidado con las almas muertas!
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