Buenas tardes y muchas gracias por venir. Dejo para el sorteo uno de mis poemas secretos. Impreso, pero firmado de mi puño y letra. Ceñido con una cinta del color del dinero. Puede hacer rico a quien le toque. Dentro de la serie de obras literarias que estoy regalando, hoy el primer volumen de los premios Goncourt de novela. Y para corporeizar el único poema que leeré, estas cuatro parejas diferentes de pendientes que tienen en común el motivo de grandes gotas.
TRAYECTO II
Vas tranquilamente por la autopista
en un moderno autocar,
mirando el móvil.
Llueve y hay tráfico.
El vehículo empieza a reducir la velocidad
hasta detenerse.
No es un peaje.
Los coches que iban por delante
también se han parado.
«Un atasco normal», piensas.
Pero no lo es.
Llueve cada vez más.
Seguís sin poder moveros.
La radio informa de cortes
en las carreteras por la dana.
Ves por el cristal
que el agua empieza a subir.
Rebasa el tubo de escape
de ese deportivo a la derecha.
Luego cubre el motor.
La gente abandona sus automóviles
cuando el agua oscura
comienza a entrar por las ventanillas.
Una masa líquida golpea el autocar,
que se estremece.
Vuestro conductor ordena evacuar:
hay peligro de vuelco.
Descendéis aterrorizados.
El agua os llega a la cintura.
Llueve cada vez más
y apenas hay ya luz.
No sabéis dónde ir.
Alguien señala un enorme camión cisterna
cerca de vosotros.
Va cargado.
El agua no debería arrastrarlo.
Subís por las escalerillas.
Una treintena de personas,
entre las que hay mujeres, niños y ancianos,
os apiñáis en un espacio inverosímil,
calados hasta los huesos
y azotados por un viento infernal.
Atisbáis apenas
cómo la riada
se lleva vuestro autocar.
Estáis así horas y horas.
El 112, colapsado.
Las conversaciones se entrecortan.
Se agotan las baterías de los móviles.
¿Cuándo llegará el rescate?
30 de octubre de 2024
De este micro abierto me gustó especialmente Todo mentira, de Daniel Foronda.
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