Buenas tardes y muchas gracias por venir. Hoy va de joyas, a raíz de que en sorteo de la semana pasada me tocó esta turquesa. Dejo para el sorteo dos joyas auténticas: este colgante de doble cadena metálica, roja y plateada, y este brazalete de plata y nácar. Solo pido que los solicite quien los aprecie de verdad.
Esta camiseta me costó doce euros y doce mil insistencias. Bien merece el siguiente:
VICTORIA I
Es caminar por nubes.
Es la paz con el mundo.
Una lluvia de calma
que la tensión disipa.
Es la aparición súbita
de alegría a raudales.
Es justa recompensa
a los esfuerzos previos.
Es sentir que tu vida
va bien encaminada:
un dedal de certeza
en piélagos de dudas.
Es un aplauso mudo.
7 de octubre de 2012
Este no lo he escrito
por el chiringuito
de ese chaquetero
leal al dinero.
FORTUNA
Imaginad que una tribu de orfebres
habitara la segunda mina de oro
más rica del mundo,
con gruesos filones
recorriendo las paredes de sus casas
hasta donde alcanza la vista,
cegada por tanto brillo metálico.
Imaginad que un pueblo de joyeros
viviera en el segundo yacimiento
de piedras preciosas
más hermosas del mundo,
y no pudiera dar un solo paso
sin tropezarse con diamantes,
rubíes, esmeraldas, topacios,
granates, amatistas, ópalos
rutilos, zafiros o lapislázulis,
y hubiera aprendido desde la cuna
a engastarlas en deslumbrantes joyas.
¿No serían enormemente afortunados?
Imaginad que ambos fueran el mismo.
¿No sería su fortuna inconmensurable?
Pues felices los que entiendan este poema
y puedan escribir otros en el mismo idioma,
el segundo más bello de este planeta
y el segundo más rico.
18 de junio de 2016
Y el último es el trasunto de un conocido poema de Rubén Darío.
CUESTIÓN
Para mi única amada escribí una poesía
en la que derramé las joyas más preciadas.
Le inyecté centenares de auroras boreales,
el brillo de los astros al despuntar el alba,
las luces de crepúsculos por el viento mecidos,
la espuma de las olas sobre doradas playas,
juguetones delfines en aguas transparentes,
verdes colinas plenas de sol y de abundancia,
el correr de gacelas al compás de la brisa,
árboles centenarios de muy floridas ramas,
el susurro del bosque después del aguacero,
y el cálido lamento de mi alma enamorada.
—Muy bonita —dijo— Pero, ¿es verdad?
—No —contesté— Es belleza.
24 de octubre de 2014
De este micro abierto me gustaron especialmente:
- el blues de Andrés Sudón;
- Dama de noche, de Antonio Espinosa; y
- He vuelto, de Marta Plumilla.
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