Buenas tardes y muchas gracias por venir. Dejo para el sorteo uno de mis poemas secretos, firmado de mi puño y letra, y un abanico de ReMAD,
el servicio de economía circular y regalos del Ayuntamiento de Madrid.
Solo tienes que registrarte en la web, escoger un obsequio, o incluso dos, e ir por ellos.
Este lo escribí el 3 de abril de 2020.
INTERROGATORIO
Cuando todo esto acabe,
cuando el céfiro suave
no traiga en las mañanas
doblando las campanas
por muertos contagiados;
cuando los encerrados
puedan al fin salir;
cuando resulte obvio
que al maldito microbio
vamos a resistir,
ese será el momento
de preguntarle al viento
por qué trajo esta plaga,
quién los destrozos paga;
qué se pudo haber hecho
para bajar el techo
de las siniestras curvas;
quién liberó a las turbas
para que se infectaran,
para que dispersaran
el veneno mortal;
qué bichejo infernal
—¿murciélago?¿delfín?
¿serpiente?¿pangolín?—
generó esta epidemia;
dónde está la academia
que enseña a combatir
este virus cruel
sin tregua ni cuartel;
si se va a repetir.
3 de abril de 2020
El siguiente lo escribí el 3 de noviembre de 2018, pero vuelve a estar de actualidad
SICARIO
Tenía Cospedal
un odio visceral
contra Javier Arenas,
cultivado en las cenas
mensuales del partido
por corrupción hundido.
Sospechaba traición
(lógica de ladrón)
y tuvo la ocurrencia,
huérfana de decencia,
de mandarle un espía
para ver lo que hacía.
Y para la tarea
no halló mejor idea
que un sucio comisario,
terror del vecindario.
Esa indelicadeza
cara le va a salir,
porque a poca cabeza
que muestre su reciente
máximo dirigente,
se va a tener que ir.
3 de noviembre de 2018
Efectivamente, Cospedal dimitió a los pocos días. Ahora se ventila en los tribunales el segundo capítulo.
Y el último lo escribí el 19 de febrero de 2020, pero también vuelve a estar de actualidad. Sobre la mesa de diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat.
MUEBLE
Lo de la mesa
más se enrevesa.
No tiene patas:
los comensales
circunstanciales
las desbaratan.
Pero cojea
por las ideas
del espantajo
que está debajo.
No la han pulido.
No la han cuidado.
No han invertido en
el acabado.
Sin dar razón
ni explicación,
por voluntad,
han excluido
a la mitad
de concernidos.
Un invitado,
el relator,
es rechazado
con hondo horror
por ese bando
que tiene el mando.
Y es exigido
entre pitidos
por los contrarios.
Sin comentarios.
19 de febrero de 2020
De este micro abierto me gustó especialmente la canción Tierra y mar, de Natalia.
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