Buenas tardes y muchas gracias por venir. Dejo para el sorteo uno de mis poemas secretos. Impreso, pero firmado de mi puño y letra. Ceñido con una cinta del color paradigmático de la tinta. Y para corporeizar el primer poema, este cartón de leche sin lactosa comprado el viernes pasado en el Mercadona, y por tanto dentro de la fecha de consumo.
MERCADOTECNIA
¡Nos venden cada cosa!
La leche sin lactosa,
la grasa que no engorda,
la grabadora sorda,
la ropa transparente,
el helado caliente,
la nata desnatada,
la novedad gastada,
carne fresca podrida,
vitalidad suicida,
la vivienda invivible,
la tristeza risible,
gaseosas sin burbujas,
muy religiosas brujas,
la Navidad sin Niño,
afecto sin cariño,
lágrimas de alegría,
vivencias de agonía,
heridas luminosas,
espinas sin las rosas,
espadas como labios,
agradables agravios,
guerra sin armamento,
felicidad sin cuento,
pensamiento automático,
cuerdos de frenopático,
la libertad sin ira
y el amor sin mentira.
9 de marzo de 2017
A ver si alguien pilla el guiño al Quijote.
No dijo el verso uno en balde
nuestro lamentable alcalde.
ARMAGEDÓN II
El apocalipsis de la motosierra
es solo un eslogan de izquierda gamberra
que ante nuestra suerte se muere de envidia
y está predispuesta a cualquier perfidia.
Más árboles cortan ellos con sus trenes.
Nosotros, algunos para hacer andenes.
Requiere el progreso algún sacrificio.
Negarse en redondo es un feo vicio.
Y al árbol talado indebidamente
homenajearemos generosamente.
Que nadie nos llame leñadores locos.
Sólo de pensarlo me asaltan sofocos.
3 de febrero de 2024
Y por último, sobre el caso Koldo:
PAÍS II
Esto es España,
donde se engaña,
se trapichea,
se compadrea,
se roba a espuertas,
se abren las puertas
a la malicia,
a la estulticia,
a la ignorancia
y a la jactancia.
Tierra baldía.
Vista sombría
sin esperanza
de redención,
punta de lanza
de la inacción,
de la desidia
y de la acidia.
Te has condenado
por tu pecado,
no a perecer,
sino a un eterno
y lento infierno:
languidecer.
7 de septiembre de 2020